domingo, octubre 15, 2006

Mel Dindeau: una estrella olvidada

Ayer vi una película francesa en el canal Europa Europa y quedé maravillado con el trabajo del protagonista. La agarré empezada y no pude ver el título, pero en los créditos finales pude ver el nombre del actor: Mel Dindeau. Esta es su historia.

Mel Dindeau nació en 1941 en medio de la Segunda Guerra Mundial en un pequeño pueblo en el sur de Francia llamado Cugnaux. Mel se crió con su madre y sus cuatro hermanas mayores. Su padre se incorporó al ejército en 1942 y falleció en la batalla de Normandía. En 1955, a los quince años, Mel dejó su casa y viajó a París. Allí conoció a Yves Mullet, un hombre que trabajaba en la boletería de ‘Illusion’, un pequeño teatro parisino. Yves permitió que por las noches Mel durmiera en uno de camerinos del teatro a cambio de que trabajara como acomodador los días de función. Fue allí que Mel comenzó a interesarse por la actuación. Veía las obras una y otra vez y pasaba mucho tiempo con los actores y actrices que por allí pasaban. Luego pasó a ser el encargado de la escenografía del teatro, y comenzó a actuar en roles menores en algunas obras gracias a su relación con los intérpretes.
Cuatro años trabajó hasta en el teatro hasta que cerró sus puertas. Corría 1959 y el cine se imponía con fuerza, y Mel se volcó de lleno en busca de su sueño de ser actor de la pantalla grande. Primero trabajó como extra en films de bajo presupuesto, y fue allí que conoció a su primera esposa, Sophie Rigoneau, con quien vivió diez años y tuvo dos hijos, Yves, en honor a su amigo Mullet, y Jules.
Su carrera como estrella comenzó con el rol de Antoine en ‘La Grand Riviére’ en 1963. La prensa lo calificó como el Humphrey Bogart del cine francés.
Los años que siguieron fueron buenos para Mel. Protagonizó un gran número de películas, entre las que se destacan ‘Un papillon a volé loin’(1963), ‘Qui a mangé le chien?’(1964), ‘Courir avec les petits gâteaux’ (1966) y ‘Dieu se rase deux fois par jour’ (1968). Logró protagonizar un film dirigido por Jean Luc Godard en 1965, pero nunca se estrenó en los cines. El director nunca quiso dar explicaciones al respecto.
El teléfono de Mel dejó de sonar hacia fines de los años sesenta. El furor por el cine francés había disminuido y Mel no pudo escapar de esa debacle generalizada. Incursionó nuevamente en el teatro tratando de revitalizar su carrera, pero las críticas negativas fueron demasiado como para poder seguir adelante. Inmerso en una profunda depresión, entregado al alcohol y las drogas, Mel descuidó por completo a su familia. Sophie se marchó en 1969 llevándose a sus dos hijos a vivir a la casa de su madre en la campiña francesa. Mel no logró sobrellevar la soledad y tuvo una sobredosis que casi termina con su vida. Al salir de la clínica, sin saber dónde ir, Mel tomó el tren y volvió a Cugnaux, su pueblo natal, de donde había partido quince años antes.
Cuidado por su madre y su hermana mayor, Mel logró recuperarse de su adicción. Pasó cuatro años allí hasta que murió su madre. En 1974 Mel la entierra y decide viajar a España.
En Madrid consigue trabajo en un bar cantando melodías francesas. Lentamente su figura creció y hacia el año 1978 ya era reconocido en el circuito nocturno madrileño. Ese año conoce a Elena Puyol, una artista barcelonesa, con quien comienza una relación amorosa.
En 1979 Mel graba un disco con canciones francesas llamado ‘Azul, Blanco, Rojo’. El disco no tiene éxito, pero Mel continua cantando en bares.


En 1984 finalmente se muda a Barcelona con Elena y juntos tienen un hijo, Carles. El cambio de ciudad no ayuda a Mel a encontrar demasiados trabajos como cantante, mientras que Elena logra ser una artista de cierto renombre, razón por la cual comienza a deteriorarse la relación de la pareja. Se separan tiempo después y Mel vuelve a Paris.
Hacia el año 1987 Mel ya no canta y trabaja como lavacopas en un bar. El poco dinero que gana lo juega en el casino y termina relacionándose con la mafia parisina por problemas de deudas de dinero.
El 15 de julio de 1988 Mel Dindeau es asesinado en el cuarto de la pensión donde vivía. Una bala le atravesó el corazón.

3 Comments:

Blogger Sebi said...

Carles Puyol???

...pero los números no dan. El jugador del barcelona tiene más de 22 años.

16/10/06 11:34 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

.......muchas vidas en una sola.no?

18/10/06 4:51 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Esta historia me recuerda al Facha Martel: del furor al olvido en un solo viaje...
Claro que un viaje repleto de adicciones que pudo superar tiempo después; y ahora vive de giras nacionales, tratando de resurgir entre leones, enanos y payasos malabaristas...
El cine nacional nunca volvió a ser el mismo desde que el gran Facha no está... por lo menos no murió y todavía hay esperanzas...

23/10/06 5:12 p. m.  

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