P404, In Memoriam (1971-2006)

Ocurrió la noche del lunes 10 de julio de 2006, este lunes pasado. Mi familia decidió salir a comer para despedir a Sebastián, el menor de tres hermanos, que volvía al exterior para continuar sus estudios. Barrio elegido: Las Cañitas. Llegamos por vías separadas, la mayoría todos juntos, y mi otro hermano, Nicolás, en su auto, su Peugeot 404 modelo 71, color celeste ‘cielo despejado’. También estaba Paula, novia de Nicolás. Comimos plácidamente comida tailandesa, y alrededor de las 11:30 pagamos la cuenta y nos retiramos. Mis padres, Sebastián y yo por un lado, Paula y Nicolás por el otro. Fue entonces que recibí el fatal llamado. Era Nicolás, su auto ya no era.
Nos acercamos adonde estaban ellos y efectivamente el auto había desaparecido. En su lugar yacía un espacio vacío. Un espacio del tamaño de un Peugeot 404 modelo 71. Un espacio idéntico al pedazo de alma que nos faltaba a todos los que lo habíamos conocido.
Llegó el patrullero para tomar los datos, llegó para dar el certificado de defunción. El tramite continuó allí cerca, a escasas cuadras, en la comisaría 31. Llegamos y el primero en bajar fue mi padre. Entró raudamente, antes que nadie siquiera hubiese llegado a cruzar la calle. Cuando los demás entramos no lo vimos. Buscamos entre la gente allí sentada, dos familias completas y una pareja, pero no lo vimos. “A quién buscan?” dijo el policía ubicado detrás del mostrador. Le respondimos y nos dijo que estaba en el baño. La tardanza de mi padre allí dentro fue suficiente para comprender que se trataba de algo serio: se había intoxicado con la comida tailandesa.
Estuvimos un largo rato hasta que nos atendieron. Primero le tocó el turno a la pareja, quienes estaban denunciando que habían sido amenazados. Las otras dos familias estaban esperando que liberen a unos menores, que por alguna causa habían sido detenidos. Luego entró mi hermano Nicolás a una oficina e hizo la denuncia por robo. Pasaron varios minutos y varias idas de mi padre al baño. 1:30 AM marcaba el reloj cuando terminaron de redactarla. Tomé el volante y empezamos a volver, con cierto apuro dada la condición del enfermo.
Cuando a lo lejos la linterna me apuntó haciendo señas, no podía entender el mal karma que todos teníamos esa noche. El control policial de Cabildo y General Paz hacía que nos detuviéramos para pedirnos los papeles del auto. Siendo yo el conductor, lo primero que le dije al policía que tenía junto a mi ventanilla fue que nos dejara pasar, que nos habían robado el auto y que teníamos una persona descompuesta. Me pidió la denuncia por escrito, que sólo tomó con su mano derecha sin siquiera querer ojearla, y me dijo, de manera desafiante y soberbia, que luego de ver los papeles en regla llamaría a una ambulancia, simplemente para probar que era cierto lo que yo decía. Se llevó mis documentos y los del auto mientras yo le recriminaba el hecho de no dejarme pasar. Mi madre se enredó en una discusión infructuosa e inútil con el mismo policía, que terminó con ella haciendo catarsis, sacando medio cuerpo por la ventanilla trasera, gritando sobre la inseguridad y cómo las fuerzas policiales no cumplen su deber, y con mi hermano Sebastián gritándole a mi madre que entrara y desistiera de su ataque. Seis personas había dentro de ese auto, y todos gritaban.
La noche terminó con cada uno en su casa. Algunos desvelados, otros soñando por un día mejor.
No fue tanto por el tiempo que lo conocí. No fue por el tiempo que compartimos. Está relacionado con su ser, con quien era y lo que significaba para todos los que lo conocimos. Era el primero de una nueva generación, la generación de mis hermanos y mía. Era alguien querido por su propia historia, por su experiencia personal, por su esencia. Es por todo lo que transmitía desde su silencio y su gran serenidad.
Siempre quedarás en nuestro recuerdo, y jamás olvidaremos el rugir de tu motor.
(Invito a todos los que lo conocieron, en mayor o menor medida, a que dejen sus comentarios para recordar a nuestro gran querido amigo que ya no está.)
8 Comments:
Yo voy a seguir pagando el seguro porque me dijeron que si aparece para que dejar de pagarlo.
Un amigo lo bautizo Trueno. ese era el nombre del 404 de Nico. Era un 20% mas grande que cualquiera de los autos que circulan normalmente en las calles de esta ciudad. Lo vi llegar muchas veces, siempre me gusto esa escena. la ultima vez, el sabado anterior, lo reconoci como a 6 cuadras, saliendo por encima de los techos de los autos mas nuevos.
Su cabina con butacones de similcuero era una capsula en el tiempo. puedo arriezgar que hizo feliz a todas las personas que transporto. Al mismo Trueno se lo percibia feliz... te voy a extrañar. buen viaje amigo.
No llegué a conocerlo pero el hecho de que desaparezca de la nada un Sr.Cometa color celeste "cielo despejado" me pone triste y melancólico, ya que me hace recordar a mi querido y fantástico Renault 9 color celeste "académico" modelo 92 que fue vendido por mi familia para trabajar de remís...
Pero amigos, que esta penosa situación no empañe los momentos de felicidad brindados por el viejo P404. Yo se porque lo digo... mi querido R9 todavía me acompaña...
Cuenta la leyenda que un dia 7 de Abril, Nicolás (unico piloto oficial del "Trueno") se vio estancado en la Gral. Paz... sin nafta ni gas ni dinero. Desesperado, orinó dentro de una botella de agua mineral, la cual procedió a volcar dentro del tanque de nafta.
Trueno anduvo inmediatamente y no paró durante los siguientes 6 dias.
Salud. Amen.
Este tema me pone demasiado triste.La verdad es que P404 no me llevo suficientes veces como hubiera querido.Motivos varios."Hace frio", "ya esta guardado durmiendo en su garage", o simplemente porque yo tengo mi propio vehiculo, por cierto comun y aburrido,pero que resultaba mas "facil" en ciertas oportunidades.
Por estas razones, y por muchas mas no he podido aun comenzar el luto ya que mis esperanzas de su re-aparicion no han sido desechadas todavia.
Eso si, tengo un limite.Me puse (y propongo) 10 dias de fe.
Cada uno como quiera, rezos, plegarias, pensamientos u olvido negador.Para mi todavia no esta todo dicho.Brindo por eso.!
(pasados estos diez dias, de los cuales ya pasaron dos, escribire de nuevo) Salud! Pau
Dicen que lo vieron en Marte...ratenado un poco, tosiendo el pobre. Marte tiene una atmósfera diferente a la de la Tierra (1) y por eso a Trueno le está resultando difícil acostumbrarse. Pero lo va a hacer, yo se que lo va a hacer. Porque no tiene encendido electrónico, tiene carburador y allá habrá algún Kiko, seguro que si, que le tocará un poquito aquí, un poquito allá y Trueno va a salir, seguro que va a salir. Y Trueno saltará las piedras - las de lava, los meteoritos - y se va a hacer amigo de Pathfinder, de Oportunity, de Spirit; y los tres van a salir juntos, a mirar la Tierra con nostalgia, pero orgullosos.
Y la próxima vez que estemos en Colonia con Susy, con Nicolás, con Mat, con Sebi, con Pau, con Guille; que se yo, con todos los que querían a Trueno, vamos a poner el telescopio en una noche de estrellas y sin luna, le vamos a apuntar a Marte y vamos a agitar los brazos para que Trueno nos vea y nosotros a él. Asi no está tan solo.
Diegold
(1) Tierra Marte
N2 0.79 3 x 10-4
O2 0.20 10-7
Ar 0.01 2 x 10-4
CO2 0.0003 0.009
H2O ~ 0.02 ~10-6
Total 1.00 0.01
Lo importante es no olvidar los enormes placeres que hos traia semejante nave espacial, los taxistas con pulgares arriba, fleteros y demas tal vez nos indicaban el llamado celestial, era su destino, subir...y descubrir nuevas rutas. con sus cubiertas nuevas rodado 13, algo mu particular y unico hoy por hoy, solo lo compartimos algun amigo del 404 como su hermano postizo el falcon, esta saltando rocas lunares, sufriendo la perdida de el piloto que mejor lo supo llevar adelate en la vida, pero como se sabe..en elgun momento los hijos necesitan volar....y crecer por si mismos..tal vez, y solo tal vez, fue el tiempo mas grato que nos pudo dar, antes de su partida celestial.
Fuerza Nico!! el siempre estara contigo. y todos los que te queremos!
atonito, leo este texto y casi que lagrimeo, leo los mensajes y la lagrima atascada sigue su curso.
me sumo a la idea de los diez dias de fe, me sumo a la idea de mirar con un telescopio hacia marte, me sumo a la idea de pagar el seguro, me sumo (ante todo) a solidarizarme con todos sus familiares y queridos. tambien siento que viajé en él y con el menos veces de las que hubiese querido, pero me alcanzaron para ahora extrañarlo. fuerza.
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